En 2015, los países de todo el mundo adoptaron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas con el fin de erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad para todas las personas. El crecimiento del sector biotecnológico global y el ritmo de innovación en el área biofarmacéutica durante las últimas décadas han contribuido en gran medida al logro de estos objetivos, en particular el ODS 3, garantizar una vida más sana, y el ODS 8, crecimiento económico. Las enfermedades que alguna vez fueron mortales, ahora son tratables y, en algunos casos, curables. Además, debido a la globalización de la industria biotecnológica, los centros biotecnológicos están surgiendo en todo el mundo y crecen a un ritmo sin precedentes. El progreso en el área biofarmacéutica se debe en gran medida al ecosistema complejo y altamente colaborativo del sector biotecnológico, que depende de asociaciones entre el ámbito académico, las pequeñas y medianas empresas y las grandes multinacionales.

Si bien estos investigadores continúan trabajando con esmero para abordar los ODS, se enfrentan a obstáculos cada vez mayores por parte de los países que implementan políticas que socavan los derechos de propiedad intelectual. Estas micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyME) precomerciales dependen de su propiedad intelectual como su principal activo para atraer inversiones destinadas a financiar la investigación de alta calidad a través de las muchas etapas necesarias para desarrollar en última instancia un medicamento o tratamiento seguro y efectivo. Las políticas, como la concesión de licencias obligatorias, suprimen la innovación al disuadir a los inversores de invertir en investigaciones esperanzadoras, optando por realizar inversiones en otros campos económicos. Si no se controla, esto dará lugar, en última instancia, a un entorno de investigación menos sostenible y por lo tanto, irónicamente, pone en peligro el logro del ODS 3 para las próximas generaciones.

Además, estas políticas tienen un impacto directo en la búsqueda del ODS 8 al obstruir el crecimiento de las industrias biotecnológicas nacionales. Identificado como un sector clave de crecimiento, la expansión de la industria biotecnológica puede proporcionar puestos de trabajo altamente calificados de fabricación, cadena de suministros e investigación. Sin embargo, sin las políticas necesarias para fomentar el crecimiento de la industria, los países de todo el mundo no se darán cuenta de estas valiosas oportunidades de empleo y progreso económico.

La reciente tendencia de promover la concesión de licencias obligatorias en lugares como Malasia, Rusia y toda América Latina es particularmente preocupante para los investigadores que intentan con urgencia obtener fondos para continuar la investigación. Si nos tomamos en serio la tarea de abordar los ODS, los sectores públicos y privados deben trabajar en conjunto para implementar las políticas necesarias para el crecimiento sostenible de la industria biotecnológica.

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